
En esos casos, ella no cerraba la noche sin coito, negándose a dormir sin consumarlo. Para ello utilizaba una imagen de madera del dios Priapo.
Y porque este Dios y no otro? A Priapo - dios de la fecundidad - se le representaba sentando, o no, dejando mostrar su enorme falo. Erecto por supuesto.
La utilización de este "consolador" divino no queda claro como hacía sentir al marido.

No hay comentarios:
Publicar un comentario